26 a 28 de junio de 2010. Mulhacén y Alcazaba desde Trevélez.
Por lo poco que aún conozco de Sierra Nevada, creo que tuve suerte en afrontar en mi primera ruta en estas montañas, las cumbres de La Alcazaba y El Mulhacén, así como por la oportunidad de pasar la fría noche en las orillas de Siete Lagunas -en realidad, tuve un bautismo impresionante, con dos tresmiles imponentes- y llevarme en dos días, una imagen general de la sierra.
Dueño el Mulhacén, de la cota más alta de la península, y del que había oído su fama ya desde los libros de texto en el colegio, es una montaña de acceso no demasiado complicado, aunque como cabe esperar, las largas y pronunciadas pendientes y el efecto de la altitud, pueden poner a prueba nuestros músculos. Planteamos la clásica subida desde Trevélez, larga y dura para ir con mochila de quince kilos. Eso pasa por deformación profesional, por querer prevenir demasiado con todos los "por si acaso" que pensaba que podría llevar, y pensar que la negra boca de la mochila fuera como la chistera de un mago, de fondo sin fin. El paisaje es bonito en esta época, final de junio, flores, verdes, azul de cielo, y en lo alto, aletargados neveros blancos, brillantes… y escurridizos. Al poco de iniciar el recorrido, las primeras pendientes. No hay pérdida, senderos muy tomados, balizas en los cruces, y, gente. "Meta", conocido montañero asiduo de Nevasport -cuya vida se extinguió no mucho tiempo después- nos adelantó con su paso trastabillado. Nosotros más lentos, guardando fuerzas a nuestro ritmo iniciático. En La Campiñuela empiezan a verse los primeros derrotados. Los que sobrevaloraron sus fuerzas cuando en Trevélez vieron un cartel que dice: "Siete Lagunas 5 horas" Sí, son unas cinco horas, si ya se cuenta con cierta preparación física. En la montaña, no puedes esperar que se cumplan las expectativas que te dan en las señales. Hasta una picadura de mosquito puede romper todos tus planes y vencerte. Tras unas cuatro horas de camino, la subida final a la Laguna Hondera, se puede hacer menos exigente dando un rodeo, o encararse con las Chorreras Negras, con un desnivel de 100 m hasta el espectacular paisaje de Siete Lagunas. Tras un descanso y una comida frugal junto a la corriente helada, ponemos rumbo a la Piedra del Yunque, con intención una vez aquí de hacer la subida más "cómoda" a La Alcazaba. Desde allí, el paisaje de Sierra Nevada se graba en la memoria al instante. Los emblemáticos nombres, toman forma, cuerpo, color. El gran Mulhacén a un extremo, el Veleta al otro, La Mosca, Juego de Bolos, Collado del Ciervo, Vereda de la Estrella, Vacares… y un sinfín de nombres que esparcen la geografía de la piedra en el amplio espacio. Imaginar el origen alpino, las rocas saltando unas sobre otras, hasta formar este raro equilibrio y quedarse ahí, tan quietas y mudas como ahora están, listas para llevármelas en unas cuantas fotografías es un ejercicio singular del que no sales ileso. Ahora la montaña te posee. Tuvimos mucho tino con los días de escapada. Los grandes neveros, alternando con las roca desnuda conceden al paisaje un contraste distinto, y a veces, se agradece la comodidad de caminar por la nieve blanda. Desde La Alcazaba, teníamos intención de continuar hacia la Laguna de las Calderetas, pero la nieve no nos proporcionó un paso seguro -no llevábamos crampones- y cambiamos los planes, regresando a Siete Lagunas para dormir. En cuanto el sol se ocultó, un viento helado nos obligó a cenar algo rápido y meternos en la tienda de campaña, con la sensación de estar metidos en un congelador. Amaneció soleado y sin mochilas, subimos al Mulhacén por la llamada cuesta del resuello en un par de horas. Arriba había que hacer turno para posar en el hormigón que marca el punto geodésico. Casi a punto de irnos, apareció un grupo de amigos, con los que compartimos el descenso y la comida en la orilla de la Laguna Hondera. Después recogimos, y descendimos hacia Trevélez, por el mismo camino de subida, pero evitando la bajada por las chorreras negras por la peligrosidad del deshielo de los neveros sobre el cauce del Rio Culo de Perro. Así de resumido, ahora parece poco. Pero fue mucho. Comment Box is loading comments...
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