EN CONSTRUCCION
Cuando unos meses antes surgió la propuesta de esta ruta con los "Pa bennos matao", y miré en la agenda lo que ya tenía programado.. entré en esa disyuntiva del qué hacer, cómo elegir entre una celebración del vigésimo quinto año de promoción, y lo que con seguridad habría sido un fin de semana entre grandes personas, amigos de montaña y rumbo.
En cierto modo, me alegró, que finalmente por otros motivos se pospusiera el evento, y poder comprobar que con este grupo, lo que había sido una especie de ensoñación premonitoria...llegó.
Hay un paisaje interminable en todas direcciones. Estamos, en la esquina sur que ocupan los mapas del Parque de Cazorla, Segura y Las Villas. Esto es, La Sierra del Pozo, el Santurario de Tíscar, el embalse de La Bolera, El pico Cabañas, los tornillos de Gualay, y un puñado más de nombres conocidos, marcados, turísticos. Pero, no son estos nuestro objetivo.
La ruta que planeó Javier, nos llenó las retinas de montes y afiladas piedras sin nombre. Senderos que nos crecían bajo los pies a cada paso, y desaparecían tras nuestra. Sin opciones de pérdida; de pico a pico, entre cresta y cresta.
Al poco de ponernos en marcha, dejamos atrás los últimos olivos que hacen de frontera con la montaña, y encaramos la subida al Rayal (....m) por donde se nos antoja. A veces seguimos lo que parece el rastro del ganado en busca de los pastos altos. Luego se pierde entre los canchales, o reaparece más arriba, y así remontamos en la primera media hora unos 300 metros de desnivel. En una paradilla, comentamos bajar el ritmo. Se notan las ganas de monte. El Rayal, proporciona un punto de vista ideal antes de adentrarse en los crestones calizos. El Guante, tiene una punta terminal que parece un dedo que sobresale del resto del puño. Más lejos queda el Aguilón del Loco
amonites...
En cierto modo, me alegró, que finalmente por otros motivos se pospusiera el evento, y poder comprobar que con este grupo, lo que había sido una especie de ensoñación premonitoria...llegó.
Hay un paisaje interminable en todas direcciones. Estamos, en la esquina sur que ocupan los mapas del Parque de Cazorla, Segura y Las Villas. Esto es, La Sierra del Pozo, el Santurario de Tíscar, el embalse de La Bolera, El pico Cabañas, los tornillos de Gualay, y un puñado más de nombres conocidos, marcados, turísticos. Pero, no son estos nuestro objetivo.
La ruta que planeó Javier, nos llenó las retinas de montes y afiladas piedras sin nombre. Senderos que nos crecían bajo los pies a cada paso, y desaparecían tras nuestra. Sin opciones de pérdida; de pico a pico, entre cresta y cresta.
Al poco de ponernos en marcha, dejamos atrás los últimos olivos que hacen de frontera con la montaña, y encaramos la subida al Rayal (....m) por donde se nos antoja. A veces seguimos lo que parece el rastro del ganado en busca de los pastos altos. Luego se pierde entre los canchales, o reaparece más arriba, y así remontamos en la primera media hora unos 300 metros de desnivel. En una paradilla, comentamos bajar el ritmo. Se notan las ganas de monte. El Rayal, proporciona un punto de vista ideal antes de adentrarse en los crestones calizos. El Guante, tiene una punta terminal que parece un dedo que sobresale del resto del puño. Más lejos queda el Aguilón del Loco
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